Hotel & Resort in Khao Sok
El paseo en canoa por el río Sok es una de las actividades más relajantes que se pueden disfrutar en el Parque Nacional de Khao Sok.
En la entrada del resort subimos a la parte trasera de la camioneta adaptada para llevar pasajeros. Nos llevaron por carretera a la parte navegable del río en un viaje que duró unos 15 minutos. El paisaje que podíamos ver a ambos lados del camino eran campos de caucho y palmeras. Al fondo, las montañas ofrecen Khao Sok, acantilados de piedra caliza que emergen de la exuberante vegetación.
Después de desviarnos de la carretera principal, llegamos al río donde nuestros guías tailandeses esperaban con las canoas. Subimos a la canoa y entramos al río. El paisaje ante nuestros ojos es fantástico. Grandes árboles con raíces se alzan majestuosamente a ambos lados del río, montañas con impresionantes estalactitas, que a veces daban la impresión de que iban a caer sobre nosotros, pero no hay nada por lo que preocuparse, ¡solo hay que disfrutar de la experiencia!
En este viaje a las entrañas de este exótico mundo natural observamos a muchos de sus habitantes aunque no parecían sorprendidos por nuestra inesperada visita: una serpiente enrollada en las ramas de un árbol, un varánido tomando el sobre un tronco caído, algunas aves pescando a orillas del río...
Siguiendo nuestro viaje llegamos a una zona donde las montañas son de gran belleza, ya que la erosión a lo largo del tiempo les ha dado una forma casi mágica. En este lugar hay una cueva donde hay un pequeño templo. El guía de nuestra canoa nos da una bolsa para alimentar a los peces y entonces sabemos que miles y miles de peces esperan nuestra llegada.
Dejamos los peces atrás y después de pasar por otra montaña -muralla de estalactitas que surge del mismo río- nos detenemos en una cueva. Bajamos del barco y nuestro guía nos hizo hacer un fuego. Preparamos un delicioso café servido en un bambú recién cortado.
Seguimos el camino río abajo y en una orilla vemos a varios niños bañándose para refrescarse del intenso calor que hace, los cuales nos saludan con una gran sonrisa.
Y sin darme cuenta llegué al final del viaje, miro mi reloj y ¡habían pasado dos horas! Dos horas de inmersión en la interesante flora y fauna de Khao Sok.